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¿Saliste pichi-pichá con tu diseñador y te da miedo contratar a uno nuevo?

April 15, 2021

Claves para una gloriosa relación cliente-diseñador

Las relaciones humanas son un misterio, no hay recetas, pero una buena hoja de ruta puede ayudarte a ir más seguro en la relación cliente-diseñador para conseguir una buena experiencia.

En Se ha ido ya mamá hemos troceado el proceso detectando las posibles fugas en cada una de las fases. Conocerlas te ayudará a responsabilizarte de tu parte y saber qué esperar de la otra. 

FASE 0: Elección del diseñador/estudio/agencia de diseño

Conviene hacer la selección después de hacerte al menos las siguientes preguntas:

  • ¿Qué problema quiero resolver?
  • ¿Qué necesito para ello?
  • ¿Cuánto estoy dispuesto a invertir?
  • ¿Qué plazo tengo para hacerlo?

Tener claro lo que necesitas te ayudará a escoger mejor. Recuerda que se trata de elegir al profesional en el que puedas delegar tu imagen de marca, por eso debes evaluar:

  • Si tiene el talento/ bagaje adecuado para la correcta resolución del “problema”.
  • Si la comunicación es fluida. 
  • Si su idea de compromiso te hace sentir seguro.

¿Qué evitar si soy cliente?

  • Dejarte llevar a ojos cerrados por las recomendaciones de otras personas. Tenlas en cuenta, pero utiliza tu propio criterio. 
  • Escoger por precio. Si tienes una partida ajustada, intenta disminuir la envergadura del proyecto en lugar de la calidad.
  • Elegir a alguien por criterios inadecuados: por ejemplo porque hace cosas bonitas o porque le conoces desde hace tiempo. 

¿Qué evitar si soy diseñador?

  • Dar por sentado que el cliente sabe cosas. Es necesario tomar el pulso a su nivel de conocimiento del servicio que ofrecemos y adaptar el discurso para asegurarnos de que hay entendimiento.
  • Ser indeterminado en cuanto a tu forma de trabajar. Intenta aclarar al cliente aquellos aspectos de tu proceso que sean relevantes para que todo esté claro. Qué necesitas de su parte y qué puede esperar en cuanto a plazos, entregables, rondas de cambios, etc.
  • Aceptar un proyecto que no se adecúa a tu disponibilidad, a tu servicio o que esté muy por debajo de su coste.
  • No saber si la persona con la que hablas es la misma que toma las decisiones.

FASE 1: Sesión de descubrimiento / Estrategia

Este es el momento de comunicar lo que necesitas. El profesional del diseño te guiará en esta fase. Hay personas que son excelentes preguntadores, si estás con uno de ellos tienes suerte. No escatimes en autorreflexión. Este momento es muy importante pues toda la estrategia de diseño se basará en lo dilucidado durante esta fase.

¿Qué evitar en esta fase tanto si soy cliente como si soy diseñador?

Pasar por ella demasiado rápido.

FASE 2: Diseño

Ahora puedes descansar. Imagínate en una tumbona de playa, bajo un cocotero, escuchando el ruido del mar. En este momento tu diseñador está explorando, haciendo contorsionismo creativo y estrujándose los sesos para concretar la mejor solución posible para tu proyecto.

Como cliente, en esta fase no hay nada que evitar puesto que ¡no tienes nada que hacer!

¿Qué evitar si soy diseñador?

  • Incumplir los plazos. Recuerda que la confianza es lo más valioso que te entrega tu cliente y una forma de honrarla es cumplir con las fechas que habéis establecido de mutuo acuerdo. Si cumples los plazos, el cliente sentirá que dimensionas bien el trabajo y que conoces tu proceso.
  • Adelantarte. Si has terminado antes de la fecha propuesta, aprovecha el tiempo extra para dejarla reposar y vuelve a mirarla al día siguiente. A veces en este segundo acercamiento damos con el pequeño click que faltaba.

FASE 3: Presentación de la propuesta

Y llegó el momento de ver la/s propuesta/s. Qué nervios. Cuanto más abiertos a la escucha y asertivos acudamos a esta fase, más satisfactoria será.

¿Qué evitar si soy cliente?

  • Acudir con una visualización o expectativa cerrada. 
  • Anteponer el criterio me gusta/no me gusta a la estrategia de marca. El objetivo es que te sientas cómodo con tu diseño, pero es más importante que le guste a tu público objetivo que a ti.
  • Tener reserva a la hora de compartir tus opiniones.

¿Qué evitar si soy diseñador?

  • No presentes cincuenta versiones, como especialista debes saber cribar. De hecho nuestra recomendación es que muestres una única solución o a la sumo dos. Muestra confianza en el resultado de tu exploración.
  • Improvisar la presentación de la propuesta. La presentación forma parte del proceso, debe ser clara y agradable.
  • Mostrar resistencia a las opiniones del cliente.
  • Aceptar cualquier propuesta de modificación como válida aunque vaya contra la estrategia de marca. Si tienes muy claro que el cliente está equivocado, argumenta tu visión. 

FASE 4: Revisión del proyecto

Durante esta fase se aplican las modificaciones necesarias para redondear la propuesta tomando como base las devoluciones de la fase anterior.

¿Qué evitar si soy cliente?

  • Ser demasiado directivo. Querer que el diseñador sea “tus manos” y decirle lo que tiene que hacer. Por poner un ejemplo, no es lo mismo decir “quiero que el diseño transmita más frescura” que “pónmelo verde”. Dile al diseñador lo que quieres conseguir y deja que él encuentre la mejor forma de hacerlo.
  • Si hay varias personas implicadas en el proceso con opiniones contradictorias, intentad alinearos o, si no es posible, designad a la persona encargada de tomar la decisión final.
  • Virar la estrategia una vez iniciado el proyecto. En algunas ocasiones, sobre todo en proyectos incipientes, es posible que haya un giro de guión. Esto debe ser evitado y si es irremediable habrá que ponerlo como posibilidad sobre la mesa al inicio, para que el diseñador pueda adaptar su forma de trabajar y el coste del proyecto.
  • Demorar el feedback o darlo con cuentagotas. En definitiva, posponer el cierre del proyecto.

¿Qué evitar si soy diseñador?

  • Ser inflexible con mi forma de ver las cosas. Aunque en este caso eres el especialista a lo mejor también puedes aprender del cliente. Quizás no sabe comunicar algo en lenguaje de diseño pero es quien mejor conoce su negocio. Es posible que tenga una percepción valiosa que ayude a afinar el resultado.
  • Identifica y señala cuando el cliente está pidiendo algo paradójico. Por ejemplo, "quiero que sea más elegante y el logotipo mucho más grande".
  • Admitir cambios de forma indefinida.
  • Posponer el cierre del proyecto.

FASE 5: Agradecimiento y continuidad

¡Enhorabuena! Vuestro retoño ya está en el mundo. Agradeced la mutua confianza y dedicación al proyecto y cultivad vuestra relación futura. 

Si eres cliente

  • Muestra tu cariño al diseñador. Si has quedado satisfecho, hazle una reseña positiva. Te agradecerá la iniciativa, seguro que estaba deseando pedírtelo pero no sabía cómo.

Si eres diseñador

  • Haz un seguimiento de tu trabajo, interésate por los resultados, aprecia y valora el feedback. 
  • Este acompañamiento, enriquecerá vuestra relación, te permitirá crear casos de estudio como prueba de tu experiencia e identificarás puntos de mejora. 

Una feliz colaboración es un tesoro.

Si tu organización quiere trabajar con nosotros para resolver alguno de estos problemas, puedes ponerte en contacto con nosotros en info@sehaidoyamama.com


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Graciela García

Co-Fundadora & Directora Creativa

Es doctora en Arte para la Integración Social por la UCM, licenciada en Bellas Artes y Terapeuta Gestalt. Apasionada del arte y la psicología, es especialista en Procesos Creativos en personas autodidactas. Realiza labores de investigación, crítica y comisariado creativo. Su blog El hombre jazmín es el principal referente español en el ámbito del Art Brut. Creativa y dinámica busca siempre la mejor solución para alinear estrategia, objetivos y creatividad.

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