Para llegar a tu audiencia, necesitas entenderles y saber de qué forma se comunican para poder acercarte a ellos.
Conocer a tu audiencia es uno de los pilares sobre los que se basará el éxito de tu marca.
Si alguien te pregunta “¿quién es tu cliente objetivo?” la respuesta nunca debe ser “Todo el mundo”. Parece una obviedad, pero demasiado a menudo nos encontramos con emprendedores que cometen el error de querer satisfacer las necesidades de todos. En lugar de esto y en tu propio interés, céntrate en resolver un problema para un público específico.
¿Cómo? Puedes comenzar preguntándote ¿quién realmente necesita tu producto o servicio? Piensa en su problema, sus necesidades y apetencias. Dale un motivo a tu audiencia para que se interese por ti, interésate tu primero por ellos.
¿Cómo les hace sentir el problema que tú solucionas? Escúchalos, empatiza y muestra cómo tu marca ha ayudado a otros en la misma situación. Posiciónate como un experto.
Identifica a tu cliente ideal
Stephen King contaba en sus memorias que escribía para su mujer, Tabitha. Ella era su “lectora ideal”. Cuando te centras en un individuo, la necesidad de complacer a todo el mundo desaparece y es más sencillo desarrollar una historia sólida.
Comunicar tu marca sigue un proceso parecido. Trata de imaginar a tu cliente ideal, esa persona que mejor representa las cualidades de alguien interesado en tu producto o servicio. Vamos a otorgarle algunas características demográficas básicas, ¿te parece?
- Género
- Edad
- Localización
- Nivel educativo
- Nivel de ingresos
- Número de hijos
- Etnia
- Etc
Un ejemplo de perfil demográfico podría ser: “Varón entre 35-50 años con estudios superiores, viviendo en un área urbana, sin hijos y con carrera universitaria”.
Si bien no todos los varones dentro de este marco son iguales, es ahora cuando debemos considerar añadir una segunda capa de profundidad a nuestro análisis del cliente ideal: el perfil psicológico. ¿Cuáles son sus valores, actitudes, actividades, opiniones, y todo aquello que consideres que te puede ayudar a definirlo mejor?
Un ejemplo sería: “Extrovertido, sin miedo a vocalizar su opinión, le gusta salir por la noche, el deporte y se preocupa por su aspecto.”
Podemos ir todavía un paso más allá e imaginarnos un día en la vida de nuestro cliente.
- ¿Qué marcas prefiere?
- ¿Busca descuentos?
- ¿Es un comprador social?
- ¿Qué le preocupa?
- ¿Qué intereses tiene?
Si tienes la posibilidad de pasar un día con un cliente, hazlo, te prometemos que lo que vas a aprender no te va a dejar indiferente.
Y si te apetece profundizar, te dejamos una plantilla a modo de guía que te ayudará a definir a tu cliente ideal, tu buyer persona.
Si tu organización quiere trabajar con nosotros para resolver alguno de estos problemas, puedes ponerte en contacto con nosotros en info@sehaidoyamama.com
Inscríbete en nuestro boletín. Noticias e inspiración para que no se te queme la tostada!
